Desde que el partido de la mano y el capullo pilló cacho, allá por la segunda república, se dedicó a financiarse al margen de los cauces legalmente establecidos.
Ya fuera saqueando el Banco de España, ya
fuera recibiendo pagos del extranjero, ya fuera con chanchullos, ya fuera con privatizaciones
hechas de aquella manera, el caso es que el dinero afluía, de maneras
dudosamente acordes con el Derecho, a las arcas socialistas… y a los bolsillos
particulares de más de uno y más de dos dirigentes, sus familiares, amigos y
allegados.
Por eso, leer que el jefe de los socialistas
navarros que dio a la empresa de Santos Cerdán el contrato de los túneles de
Belate no descarta la financiación ilegal del partido -sus palabras fueron que yo sepa, no- es una sorpresa sólo en el sentido de que no niega categóricamente
la acusación.
Es decir, que está cubriéndose las espaldas… por si acaso.
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