La izquierda española tiene, entre otras costumbres, achacar a los demás sus propios defectos. Por ejemplo, hablar de las cloacas del Estado cuando fue la izquierda quien prácticamente las inventó, las aprovechó y las mantuvo.
Una
de las mayores ratas de esas cloacas, el ex comisario Villarejo, ha dicho textualmente:
El PSOE me ha hecho ganar pasta y el PP nada más que me ha dado por culo.
Luego
está el hecho de que haya tenido que ser otro ministro pringado (o
presuntamente pringado), el popular Fernández Díaz, el que señale algo
por demás conocido y sabido: que Villarejo trabajó para los gobiernos del PSOE,
y que fue él quien comió con el juez prevaricador y la fiscal general del desgobierno.
Hasta los pringados pueden, en ocasiones, decir la verdad…
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