Los políticos españoles han sido, en general, poco amigos de dar explicaciones a la prensa, a la que toleran mientras ayude a sus intereses (a los de los políticos quiero decir, claro está), pero a la que desprecian, cuando no vituperan, cuando se atreven a criticarles. De esto es buen ejemplo el vicepresidente jorobado y jorobante, que ha llamado de todo menos bonito a los medios privados de comunicación. Algo lógico, cuando tiene tanto susceptible de ser criticado.
El
desgobierno socialcomunista ha elevado este desprecio a cotas nunca antes
alcanzadas: comparecencias sin derecho a preguntas, ruedas de prensa en las que
por el lado del entrevistado se seleccionaban las preguntas, jaboneo
mediático a conveniencia en los medios afines, interminables, tediosas y vacuas
peroratas por parte de Sin vocales…
Ahora,
con tantas cosas de las que responder -los acuerdos con el partido etarra, los
problemas de la invasión de pateras en Canarias (llamar a eso inmigración
es un sarcasmo), los problemas en la coalición de desgobierno…-, Pierre
Nodoyuna acaba de realizar un nuevo acto propagandístico (¿se creerán que
engañan a alguien todavía?) anunciando la aprobación del plan de vacunación
(cuando todavía no tenemos las vacunas) sin permitir preguntas.
Y,
para que conste, reproduzco aquí lo que dijo:
Nuestras previsiones son que una parte muy sustancial de la población española podrá estar vacunada con todas las garantías a lo largo del primer semestre de 2021.
A
falta de precisar qué número de personas es una parte muy sustancial,
apuesto duros contra pesetas -o pincho de tortilla y caña, que diría Luis
Herrero- a que para la fiesta de san Ladislao de Hungría, san Adolfo de
Osnabrück, san Alpiniano de Limoges, san Austricliniano de Limoges, san Basílides
de Alejandría, san Bertrando, san Marcial de Limoges, san Ostiano de Viviers,
san Teobaldo de Salónica, san Vicente Do Yen, santa Erentrudis de Salzburgo y
santa Lucina de Roma (es decir, para el 30 de Junio) apenas se habrá vacunado
nadie… si es que alguien lo ha hecho. Y ojalá me equivoque, por una vez.
Por ello, y por mucho más…
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