Como ya he dicho unas cuantas -pero nunca demasiadas- veces, la conjunción entre un político español de izquierdas y la verdad no se produce, en general, más que por equivocación.
Lo
más gracioso -tristemente gracioso, en el caso que nos ocupa- es que esa coincidencia
revela una realidad de lo más desagradable. Es el caso de la ninidtra de
Defenza, Madgadita Dobled, cuando ha señalado que a ningún gobierno le corresponde en democracia velar por lo que dicen los medios. De
donde se deduce, a contrario sensu, que si un gobierno se arroga la potestad de
velar por lo que dicen los medios, ese gobierno no es demócrata, por muy democráticos
que hayan sido los procedimientos por los que ha alcanzado el poder: al fin y
al cabo, Adolf Hitler llegó a la cancillería de la república alemana tras unas
elecciones democráticas.
Para concluir: si no se aborta el alumbramiento del ninisterio de la Verdad por el desgobierno socialcomunista, habremos dejado de estar en democracia.
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