Un tirano -o alguien con ínfulas de serlo- busca, en su ascenso al poder, ir controlando todos los resortes para, una vez instalado en la cúspide, devenir inamovible.
Por
eso es importante detenerle antes de coronar cima, cuando aún no tiene todos
los hilos en su mano. Y para ello hay que usar, precisamente, esos hilos que
todavía no maneja a su antojo.
Que
a la izquierda española en general -sí, ya sé, también a la derecha, pero este
es un blog que se dedica a dar caña, fundamentalmente a la izquierda, así que…-
y a los neocom en particular les interesa tener una Justicia dócil y
plegada a sus instrucciones es algo que pocos se atreverán a negar.
Demuestra
valor -o afán de supervivencia, quien sabe- que el que fuera abogado de los neocom
anunciara hace días que está estudiando presentar una querella o una demanda
contra el Chepas tras reconocer la banda mirada que su despido por (presunto:
que yo recuerde, no se ha demostrado) acoso sexual fue improcedente.
Eso
sí, yo no tardaría demasiado en hacerlo. Por si acaso…
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