Desde hace ya mucho tiempo, España presta escasa atención a sus científicos. En España hay inteligencia, ingenio y voluntad de trabajar por parte de los científicos: lo que no hay es apoyo de las instituciones.
Miremos,
por ejemplo, el caso de los tres proyectos españoles más prometedores en relación
con la vacuna contra la Covid-19. Los tres están dirigidos por jubilados, que
señalan los males endémicos de la ciencia española: que dependemos de otros países, que tenemos pocos medios (a pesar de lo cual, con catorce
personas conseguirán, si se cumplen los pronósticos, proporcionar una inmunidad más prolongada que las de las multinacionales con miles de empleados) y que
resulta una tragedia tener que ser funcionario para ser científico.
Por ello, y por mucho más…
No hay comentarios:
Publicar un comentario