Según Alberto Garzón, enterrador de Izquierda Hundida y chico de los recados del Chepas, la gente de izquierdas es algo así como genéticamente incapaz de cometer un delito. Mucho menos, le faltó añadir, un delito que hayan tipificado ellos, los giliprogres.
Pero
hay un giliprogre que ha logrado sobreponerse a este condicionamiento
innato. Me refiero al magistrado progresista del Constitucional que fue
acusado de un delito de violencia doméstica (lo cual tiene su gracia,
porque creo recordar que los actos se cometieron en la vía pública) hace
algunos meses. Finalmente, el caballero ha decidido presentar su renuncia, que
le ha sido aceptada.
Dado que ha dimitido, además de haber cometido un delito, queda claro que no es un verdadero progre (lo de gili lo mantendremos).
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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