El desgobierno socialcomunista que padecemos no es sólo inepto, negligente, criminal, sectario y psicópata (en resumen, asesino). Es, además, insufriblemente cursi, con Pierre Nodoyuna a la cabeza.
Porque,
por si no fueran suficientes sus interminables peroratas, con esa voz engolada,
ese gesto pomposo, ese rictus de fingida seriedad -todo, para hablar mucho y no
decir nada-, encima tenemos que soportar esas frasecitas -por Dios, ¿quién se
las escribe?- que supongo pretenden ser líricas y se quedan en patéticas.
La
última fue hace un par de días, cuando Sin vocales pidió regalar seguridad estas Navidades para seguir juntos las próximas. Dejando aparte
lo de que estamos en un país aconfesional (pero bien que se cogen todos las
vacaciones de Navidad, la Semana Santa y hasta las fiestas de guardar), la
mejor manera de alcanzar la seguridad sería que él y su caterva de inútiles
sectarios abandonaran el poder, para no tener que soportarles las próximas
Navidades… ni, ya puestos, éstas tampoco. Pero no harán, claro, porque a un
político de izquierdas no le echas del poder ni con disolvente industrial.
Por ello, y por mucho más…