Una de
mis (mis mis) frases favoritas es sé por qué pasa lo que pasa, lo que
no sé es por qué lo que pasa, pasa. Los resultados de las elecciones
regionales catalanas son un ejemplo perfecto de esta frase, al menos en lo
tocante a una de las formaciones.
Es decir,
vamos a dejar de lado a los partidos secesionistas, que tienen unas parroquias
respectivas más o menos estables -entre todos consiguen, más o menos, lo mismo
que conseguía Polluelo en sus años dorados, cuando los ierreceos
eran el Culombio y la Rahola, y pare usted de contar-, y centrémonos en
los partidos nacionales (vale, aceptamos al PSC como un PSOE regional,
aun cuando tenga más independencia que cualquiera de las demás federaciones
regionales de los de la mano y el capullo)… que no constitucionalistas, que ya
sabemos que los suciolistos no lo son.
Repasando
los datos, veo que en las elecciones de hace cuatro años (en realidad, tres y
poco, porque fueron en Diciembre), los citados partidos consiguieron cincuenta
y siete escaños: treinta y seis Ciudadanos, diecisiete el PSC y cuatro los populares.
Anteayer, cuatro escaños menos, repartidos como sigue: treinta y tres para el
filósofo perico, once para Vox, seis para los pomelos y tres para el PP.
Está claro
que la bofetada que se han pegado los de Ciudadanos y PP se debe, por decirlo
de alguna manera, a la tibieza con la que han tratado la cuestión catalana:
los de Villacís, por la espantá con destino Madrid tras haber sido la
fuerza más votada hace cuatro años (aunque no tuviera la más mínima posibilidad
de ganar, tendría que haber presentado su candidatura: como solía decir mi
madre, el no ya lo tienes); los del PP, por el acreditado (y
guadianesco) maricomplejinismo del que adolecen (si te la vas a pegar,
por lo menos pégatela con algo de dignidad). También está claro que Vox se ha
nutrido, como en el resto de España, de los descontentos con unos y con otros.
Lo que no
acabo de explicarme es el ascenso de los suciolistos (y menos con un
candidato tan inane como Illa, que hace bueno hasta al maricatalino). Quiero
decir, es evidente que los que se fueron a Ciudadanos han regresado, o al menos
parte de ellos, pero… ¿por qué? El PSC no ha cambiado, salvo a peor: si no te
gustaba el compadreo de zETAp con los secesionistas (recordemos a quien debemos
el malhadado sedicente estatuto sedicioso), menos aún el refocile de Sin
vocales, que raya en lo obsceno (recordemos el cabezazo del Rasputín de La
Moncloa ante Chistorra, que producía vergüenza ajena).
Es decir:
el PSOE ha subido porque han vuelto los que se le marcharon (por qué ha pasado
lo que ha pasado), pero ¿por qué han vuelto? (¿por qué, lo que ha pasado, ha
pasado?).
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!