Cuando un miserable achaca algo a alguien, el defecto suele ser del miserable. Esto se puede constatar con la reacción de según qué malnacidos ante los ataques que los miembros de Vox están sufriendo durante la campaña a las elecciones regionales catalanas.
Así, para
el consejero de interior, la culpa es de Vox por provocar y saltarse las
indicaciones de la policía regional; para el político de apellido descriptivo,
los de Vox son unos fascistas; y para el consejo regional de gobierno, Vox
pone en riesgo la seguridad de los manifestantes que les tiran piedras.
Vamos, los pájaros poniendo en peligro a los cazadores. Acabáramos.
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