En España no es que no haya talento: lo hay, y a espuertas. Pero a la clase política en general parece que no le interesa desarrollarlo, y por eso lo ahogan, como la cizaña de la parábola del Evangelio, que no dejaba crecer la planta que salía de la buena semilla.
Una empresa
española -una que, en un curioso caso, absorbió a la empresa de la que era
filial- ha desarrollado un medicamento que reduce casi el cien por cien de la
carga viral del coronavirus responsable de la Covid-19. Ahora, ha pedido la
autorización a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios para
realizar un ensayo clínico de fase III.
Pero la autorización
no llega, mientras se da curso a otros fármacos producidos por empresas
extranjeras. Si es burocracia, como dicen desde el partido pomelo, malo;
si es por inepcia o maldad, peor.
En cualquier caso, por ello, y por mucho más…
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