Quizá una de las razones que ha coadyuvado al avance aparentemente imparable del secesionismo en Cataluña -además de la falta de escrúpulos de los políticos secesionistas y de la connivencia, por acción u omisión, de los sucesivos gobiernos nacionales- es que las instituciones de la región, o bien han sido abiertamente separatistas, o bien han callado, pero rara vez se han opuesto.
Sin embargo,
de vez en cuando se producen acontecimientos que dan lugar a la esperanza…
aunque si uno lee la noticia ve que tienen lugar por las razones equivocadas o,
al menos, no por las correctas.
Así, la
policía municipal de Vich, localidad separatista donde las haya, ha decidido que
hablará y escribirá en español como medida de protesta contra el consistorio. Por
lo visto creen que la alcaldesa - furibunda dirigente separatista que cobró
notoriedad hace ahora un año por hablar en la asamblea legislativa regional del
aspecto físico diferente de los catalanes autóctonos (quizá se
refería al Chistorra y a su familia, no precisamente un grupo de adonis)
y por promover una campaña para dirigirse en catalán a quienes por el acento
o el aspecto físico no parezcan catalanes- les toma el pelo y les engaña y
están disconformes con algunas de sus condiciones laborales.
Aunque sólo sea por no oírles, lo mismo la sujeta esta va y recula…
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