Ya nuestro Señor Jesucristo dijo aquello de ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio.
En eso, los suciolistos
españoles son un ejemplo paradigmático. Acusan a los demás, no sólo de
corrupción, sino de ser -en el caso del PP- el partido más corrupto de
Europa. Y eso lo dice el partido de la reprivatización de Rumasa, de Flick,
de Filesa, Malesa y Time Export, de Juan Guerra, de los EREs falsos… y eso, por
limitarme al último medio siglo.
Y en Valencia, donde se condenó a la muerte civil al presidente de la comunidad y a la alcaldesa de la capital regional -en el caso de esta última, probablemente causaron también su muerte física, y los de su partido no son del todo inocentes tampoco- por unos trajes o un bolso, ahora se va sabiendo que aquellos que llegaron como adalides de la limpieza y la honradez están tan pringados como lo ha estado su partido a lo largo de toda su historia, y que los de la mano y el capullo se financiaron ilegalmente con pagos del cinco por ciento en las obras del trasvase Júcar-Vinalopó.
Todavía hay quien les vota y les defiende...
No hay comentarios:
Publicar un comentario