La izquierda mundial, en general, tiende a criticar en los demás lo que ellos mismos realizan. Y esa crítica la hacen sin que se les mueva un músculo de la cara, porque en general nadie les lleva la contraria.
Aunque, de vez en cuando, hay
quien lo hace. Es el caso de Eniko Gyori, eurodiputada húngara que acusó al desgobierno
socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer de utilizar con opacidad
los fondos europeos mientras desmantela en España el estado de Derecho y las
libertades, rematando su discurso con un ¿Y ustedes tienen el valor decriticarnos por nuestro estado de Derecho?
Semejante discurso habría hecho avergonzarse al destinatario del mismo. Claro, que para avergonzarse primero hay que tener vergüenza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario