Nunca he sido buen jugador de mus. En primer lugar, porque no sé ni marcarme un farol ni disimular cuando tengo una mano ganadora. En segundo lugar, porque no sé ver ninguna de esas dos circunstancias en los rivales.
En política, sin embargo, lo
tengo mucho más fácil. Entre otras cosas, porque los que no saben mentir son
los políticos. Cuando los neocom dicen que están al límite con el
psicópata de La Moncloa y que no descartan un adelanto electoral tras los
últimos enfrentamientos, mienten como bellacos.
Mienten, porque si hay elecciones
se quedan sin poltronas que ocupar; y mienten porque Sanchinflas sabe que, si
hay elecciones, las pierde de manera miserable.
Diga lo que diga el centro de investigaciones socialistas.
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