Muchas veces, las victorias de los malos se deben, más que a sus propios méritos, a la inacción de los buenos (o de los menos malos).
Es lo que ha sucedido en la ciudad condal las dos últimas convocatorias electorales: la formación de la actual alcaldesa, la bruja Piruja, nunca ha conseguido más de una cuarta parte de los concejales del Pleno, y en las últimas ni siquiera fue la fuerza más votada.
Sin embargo, el hecho de que resultara imposible concitar
suficientes votos en contra han hecho que la peor primera edil de la historia
de la capital mediterránea -lo digo así, a boleo, pero bastante seguro de
acertar- posibilitaron su elección primero y su reelección después.
Y parece que la historia volverá a repetirse: una encuesta pronostica que la formación más votada serían los jotaporcatos, pero que la jeta neocom -perdón por el pleonasmo- podría gobernar.
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