Cuando se lanzó la serie Arrow -basada en un personaje relativamente menor, o al menos no de primera línea para el público en general del universo superheroico DC (lo que, por otra parte, daba bastante más libertad a los guionistas… aunque éstos nunca se han detenido a la hora de cambiar cosas para resultar políticamente correctos)-, probablemente nadie pensaba que daría lugar a todo un universo televisivo, el llamado Arrowverso.
Año tras año se lanzaban nuevas
series, se organizaban cruces entre ellas e incluso se reconducían al
Arrowverso series y personajes que inicialmente se encontraban fuera de él.
Probablemente nadie tampoco podía
prever que, casi a la misma velocidad que surgieron, se irían cerrando, una
tras otra, todas las series, hasta quedar en la actualidad sólo dos -The
Flash y Superman y Lois-, y ambas con la perspectiva de que la
próxima sea en ambos casos la última.
Y entre esas series que se crearon se encuentra Supergirl. Bastante más ñoña que las demás, hizo homenajes incluyendo actrices de encarnaciones anteriores del personaje (o de su primo Superman, incluyendo además a la versión más tirillas del personaje).
Y también como las demás ha hecho una apología nada disimulada y bastante agobiante de todo tipo de opciones sexuales, básicamente lesbianismo y transexualidad. Un poco cansinos, la verdad.
La parte más divertida ha sido ver como Lex Luthor al hermano tonto de Dos hombres y medio.
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