domingo, 19 de febrero de 2023

Quién les ha visto y quién les ve

Siempre consideré a Jesús Polanco (el de se lo puso él solito) como el responsable último y máximo de todo malo lo que le ha ocurrido a España en el último medio siglo. No directamente por acción inmediata, sino por el hecho de haber apoyado, alentado y disculpado a todos los enemigos internos de España, simplemente por el hecho de acaparar y detentar, cuanto más poder, mejor.

En esta tarea contó, en una especie de toma y daca de la iniquidad, con la complicidad del partido de la mano y el capullo, hasta tal extremo que hubo épocas en que no se sabía quién era el patrocinador y quién el patrocinado o, por decirlo de otra manera, quién dirigía a quién.

Las cosas empezaron a cambiar tras los atentados del 11 de Marzo de 2.004, con la llegada de zETAp al poder. Quizá por convicción, quizá por crear un contrapoder, quizá porque sus patrocinadores fueran otros, el hecho es que frente a Polanco puso a Roures, con sus criaturas televisiva (La Secta) y de prensa escrita (Púbico). Ambos medios compitieron en mendacidad con sus predecesores pero, ayunos del apoyo directo del poder -aunque, como ocurre siempre, la derecha maricomplejines tolera a los enemigos internos de España por aquello del qué dirán… los enemigos internos de España-, el periódico se reconvirtió en medio genital y la cadena de televisión fue comprada por una de sus competidores, Antena 3, del Grupo Planeta (al igual que Cuatro fue comprada por Telecinco), que en un ejercicio de lampedusismo dejó todo igual (ay, si el primer Lara levantara la cabeza… se daba con la tapa del ataúd).

El grupo Prisa, mientras tanto, fue sobreviviendo mal que bien, pero cada vez más deficitario, aunque conservando su villanía en la línea editorial. Pero ahora, el psicópata de La Moncloa se plantea darle la puntilla, ante la posibilidad de que dé un vuelco ideológico de ser adquirida por Vivendi que, vamos a decirlo así, no es precisamente de izquierdas.

Sería de traca… además de un ejercicio de justicia poética.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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