Cuando los neocom eran una panda de perroflautas que ocupaban plazas públicas (de municipios gobernados por el PP, claro), se dedicaban a empapelar las ciudades con propuestas que, sobre delirantes, eran flagrantemente ilegales (el impago de la deuda pública, por ejemplo).
Ahora, encaramados al poder,
siguen en las mismas, apoyados por esos peritos en ilegalidades demenciales que
son los secesionistas con barretina, sea en Catetonia o en el resto de
las franquicias regionales.
El gobierno regional balear ha planteado la posibilidad de una normativa que prohíba comprar viviendas a españoles no pitiusos y a extranjeros. Tanto les da que esa posibilidad sea
contraria a la legislación nacional y europea (ilegalidad) y que ahuyente a
extranjeros e inversores (delirio).
A lo mejor se le ocurrió a la cabeza del consejo de gobierno entre vapores etílicos, cuando se dedicaba a saltarse, durante la pandemia, el toque de queda que ella misma había establecido.
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