El psicópata de La Moncloa se encaramó al poder que todavía detenta mediante una moción de censura dirigida contra el PP, al que acusaba de estar inmerso en una trama de corrupción y de ser el partido más corrupto de Europa.
Ambas cosas resultaron ser
falsas. Judicialmente al menos, el partido no fue declarado culpable de
corrupción. En cuanto a lo del primer puesto en el ranquin (ugh, qué mal me suena
el palabro escrito así), los de la mano y el capullo lo tienen en propiedad,
por cantidad, por importancia y por contumacia.
Y como no se puede despojar al leopardo de sus manchas, cada vez se saben más cosas de la trama de corrupción en el Levante, como que la desaladora implicada en la trama Azud fue a manos de la sociedad que pagó gastos de campaña de Timo Puch.
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