Un marxista nunca dejará que la realidad le estropee sus postulados. Cuando sus decisiones y métodos fracasen vez tras vez, nunca admitirá que su postura es equivocada; bien al contrario, sostendrá contra viento y marea que es la realidad la que está en un error.
Tomemos el caso del Partido Justicialista argentino, que -por lo que he encontrado en Wikipedia- se
constituyó entre noviembre de 1943 y octubre de 1945, como resultado de una
alianza entre una gran cantidad de sindicatos, principalmente de ideología
socialista y sindicalista revolucionaria; es decir, nada sorprendentemente
dados sus modos y maneras, de orígenes marxistas.
No sólo tuvieron el cuajo hace unos meses de decir que lo importante no era luchar contra la inflación -un mes
no iba a hacer gran diferencia, dijeron-, sino que en lo que había que pensar
era en ver cómo ganaban el mundial de fútbol. Menos mal que lo ganaron, porque
de lo contrario a saber qué hubiera pasado.
A lo que vamos. Condenada la
vicepresidente del país por corrupción, el presidente del país afirmó que la inflación está en la cabeza de la gente, que es auto-construida y
que lo importante es erradicar la lógica inflacionaria.
Lógico que haya tantos psicólogos en Argentina: es la profesión con más clientes potenciales…
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