Los dirigentes neocom españoles viven en un mundo que existe solamente dentro de sus cabezas.
En ese mundo, los jueces son machistas, aunque la mayor parte de la carrera judicial esté integrada por mujeres.
En ese mundo, los cazadores se dedican sistemáticamente a colgar perros del cuello hasta que mueren.
En ese mundo, todo el colectivo NoCHe sufre discriminación por el hecho de ser NoCHe.
En ese mundo, todo el que tiene dinero (salvo ellos, claro) es un acaparador malvado y un especulador.
En ese
mundo, los crímenes cometidos por la banda terrorista vasca de ultraizquierda
no deben recordarse porque terminaron hace una década… pero los del franquismo
sí, aunque terminaran hace cinco.
Pero la realidad es tozuda, por
mucho que se empeñen las normas que excretan por la anormalidad que supone su
diarrea legislativa (Pimpampum dixit). Y así, medio centenar de asociaciones de gais y lesbianas de toda Europa se unieron a finales del mes pasado contra la
marquesa de Villa Tinaja, exigiendo el cese del reprobable discurso
de odio institucional del desgobierno socialcomunista que tenemos la
desgracia de padecer hacia los niños nacidos por gestación subrogada y sus
familias.
Claro, que en el mundo al que me
refiero en el segundo párrafo, esa exigencia cae en oídos sordos. En ese mundo
y en el nuestro.
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