El ninisterio de combatamos el calentamiento y fomentemos los calentones -algo curioso, siendo como es decididamente abortista el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer- no se ocupa mucho de la segunda parte de su denominación, y en cuanto a la primera, más valdría que no lo hiciera.
Porque la titular del ramo -esa
que siempre aparece con la cabellera que dijérase que acabara de levantarse de
un sueño reparador… o no- ha apartado a las nucleares de las negociaciones sobre el futuro energético de España (entérese, señora Ribera: a corto y medio
plazo, el futuro energético de España ha de ser nuclear, o no será), mientras
fomenta las llamadas renovables.
Esas en las que, por ejemplo, estudios científicos subrayan los riesgos de los molinos eólicos para los animales, las
plantas y hasta para el ser humano.
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