Que los peores enemigos de los secesionistas son los propios secesionistas es algo bastante claro. Tanto se odian que se dedican a cantarse las verdades unos a otros a las primeras de cambio.
Así, la televisión pública
regional puso hace un par de semanas una cruz gamada sobre el escudo del Farça,
desatando la indignación culerda y separatista. Pero es que el club fundado por
un suizo es xenófobo, por separatista. Y los ierreceos, sobre racistas,
son de origen fascista, tanto en el fondo como en las formas.
El fascismo, esa ideología de
izquierdas, por mucho que los giliprogres se empeñen en negarlo.
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