Algunos dirán que es una manera simple de ver la vida en general y la política en particular. Sin embargo, cuando Guillermo de Ockham forjó su célebre navaja -en igualdad de condiciones, la explicación más simple suele ser la más probable-, nadie le puso a parir. Al menos, por eso.
A lo que iba: la doctrina Mafalda
viene a ser una navaja de Ockham de andar por casa, un modo simple de saber si
algo está bien o mal (o de si algo me tiene que parecer si está bien o mal). Y no
suele fallarme, aunque quizá esa infalibilidad pueda atribuirse al sesgo de
confirmación de quien la aplica.
A lo que iba, de nuevo. Si el
consejo regional de gobierno de Cataluña ha celebrado la resolución del
Tribunal Prostitucional a favor de la Ley Celaá, es que esa resolución es nefasta.
Si además la celebra porque considera que avala su política de exclusión del español, más a mi favor.
Otro punto para Quino: a veces,
las cosas más serias se disfrazan en forma de humorada.
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