Hubo una época, no tan lejana, en la que la profusión de noticias sobre las distintas series que mantengo en este blog era tal que realizaba tres y hasta cuatro entradas por día, primero, y las serializaba en función de su aparición ante el micrófono, después.
Eso ayudó, sin duda, al número
creciente de entradas al año, hasta aproximarme al millar, y a que después me
haya estabilizado en los tres cuartos de millar de entradas al año, con una
media de dos diarias. En ambos casos, tenía munición a un mes vista y no
me preocupaba la posibilidad de quedarme sin material.
Ahora, las cosas son distintas. No
en cuanto al material, porque la realidad es tan variopinta que siempre hay chicha
suficiente para escribir. Pero sí en cuanto a que cada vez hay menos
entradas de esas series… ¿Porque no pasan cosas, o porque nos hemos
acostumbrado?
Teniendo en cuenta que, aunque
hayan decretado el fin oficial de la pandemia, el virus sigue pululando por ahí;
que las tropas rusas siguen hollando suelo ucraniano; que la crisis en el PP,
aunque aletargada, sólo necesita un resultado adverso o, simplemente, no tan
favorable como el pronosticado para que agoreros y detractores se lancen a
avivarla de nuevo; y, sobre todo, que los secesionistas catalanes siguen casi
constantemente y casi totalmente haciendo y deshaciendo a su antojo, en esa
esquinita de la piel de toro y en el resto de la geografía patria…
…teniendo en cuenta todo eso,
será que, como sucede con los malos olores o el ruido excesivo, nos hemos hecho
a ello y ya apenas lo notamos.
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