El ierreceo cuyo apellido le retrata a la perfección es tan rematadamente estúpido, además de sectario y faltón, que no se da cuenta que muchas veces, cuando habla, escupe hacia arriba.
A principios de mes consideró que
se apoya poco al catalán, y reclamó más fondos porque, dice, no se lee en esta lengua, como tampoco en las demás regionales.
Por algo será…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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