Por si hubiera alguna duda de que la declaración del estado de alarma en la comunidad de Madrid no tenía como objetivo salvaguardar la salud de los madrileños, sino derribar el gobierno regional -uno se pregunta cómo pueden pensar que cabreando a los madrileños van a conseguir ese objetivo, puesto que está claro quién les retiene confinados (Sin vocales), salvo que consigan, de alguna manera que no alcanzo a imaginar, convencer a la gente de que toda la culpa es de Isabel Díaz-Ayuso-, cuando el ninisterio de Mortandad no le quedó más remedio que reconocer la caída de la incidencia del coronavirus en Madrid -la comunidad rozaba el nivel que el propio ministro Pesad-Illa marcó como requisito para los confinamientos que se han impuesto en la región-, y dando muestras de una arbitrariedad indisimulada, el filósofo perico avanzó que no levantaría el estado de alarma en Madrid y fijó el nuevo límite de contagios en doscientos, aunque adelantando que posteriormente podría bajarlo a cien, o a cincuenta.
Por
ello, y por mucho más…
No hay comentarios:
Publicar un comentario