En España, además de la superioridad moral, la izmierda se ha atribuido a sí misma el monopolio de lo que llaman la cultura. Si eres un artista o un intelectual, no vales nada si no eres inequívoca y declaradamente de izquierdas.
Pero
si eres de izquierdas, aunque como artista no valgas una hez de cánido, tus
propios correligionarios te tendrán en palmitas, alabarán todo lo que hagas y
jalearán todo lo que digas, aunque esos dichos oscilen entre la necedad y la
barbaridad sectaria con ribetes criminales.
Una
integrante de ese mundillo, más válida por lo que hizo tiempo ha que por su obra
reciente, es Lucía Echevarría. Su última obra publicada ha sido Mujeres
extraordinarias. Una historia de mentiras. Quizá le haya traicionado el subconsciente,
porque resulta que, al parecer, ha plagiado reiteradamente a otros autores. Lo que
se llama fusilar textos…
…algo en lo que la valenciana ya tiene experiencia.
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