Por si hicieran falta más confirmaciones, los últimos acontecimientos han demostrado que la izquierda en general, los socialistas en particular y este desgobierno en concreto no saben perder o, por decirlo de otra manera, no conciben otro resultado que no sea salirse con la suya.
Hace
exactamente un mes, tras el pucherazo en la Federación Española de
Municipios y Provincias (pues no de otra manera cabe considerar que una
decisión saliera adelante, contra el sentir de la mayoría, por el voto de
calidad del presidente) relativo a la rapiña, por parte del desgobierno socialcomunista,
de los excedentes de los presupuestos municipales, se avizoraba la probabilidad
de que la banda de Sin Vocales sufriera un revolcón en sede
parlamentaria, e intentaba a la desesperaba salvar su plan ofreciendo tramitar la medida como proyecto de Ley.
Fue
inútil. La ninistra de Hacienda y portacoz del desgobierno evitaba
asistir a la votación que evidenciaba su derrota por ciento noventa y tres votos
frente a ciento cincuenta y seis, convocaba una rueda de prensa después del
debate donde decía haber aprendido que el plan hay que consensuarlo con
los grupos pero al mismo tiempo les abroncaba: Tienen que aprender los
diputados que cuando uno vota no puede decir: 'Yo voto y que me traigan otra
cosa'. La responsabilidad de un grupo político en el Congreso de los Diputados,
si no comparte la iniciativa legislativa que trae el Gobierno es presentar una
alternativa. Al tiempo, acusaba a Casado de usar como ariete a sus alcaldes.
Anda que ellos no han hecho eso veces…
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