Suele decirse que la política es el arte de buscar soluciones a problemas que, sin ella, no existirían. La verdad, no sé por qué empiezo así esta entrada, salvo porque la política es la profesión de los políticos -tristemente, y a menudo, la única profesión-, y de políticos voy a hablar… para variar.
Los
políticos españoles, especialmente si son de izquierdas -alguno me dirá y
los de derechas también, o incluso y los de derechas más… pero este
blog es mío, y escribo lo que me peta-, son maestros en el arte de negar la
realidad, incluso cuando ésta les da en las narices. Tan pronto niegan que la
crisis exista, por más que sea evidente, como definen a un terrorista convicto
y confeso como hombre de paz.
Lo
último ha sido lo del califa neocom, que negó en sede parlamentaria que se ocupen viviendas de particulares. Como Dios castiga sin piedra ni palo, como
quien dice a los cinco minutos le estaban ocupando su segunda residencia. Capaz
es de decir, para no dar su brazo a torcer, que él no es un particular, o que
su segunda residencia no es una vivienda.
Ahora vas
y lo cascas, Chepas.
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