La ley de desmemoria histérica es una norma sectaria en su concepción e inconstitucional en su articulado. Pero está vigente, y hay que cumplirla.
Y
hay que cumplirla hasta cuando quienes la aplican son los partidos de derechas,
y afecta a figuras de la izmierda. Porque en la guerra civil, los nacionales
peleaban contra otro bando. Y ese otro bando cometió tropelías, crímenes,
desmanes, aberraciones, latrocinios y hasta genocidios. Y a la cabeza de ese
otro bando había personas que actualmente tienen calles, plazas y estatuas. Elementos
que suponen una exaltación de la guerra civil y que, por lo tanto, deben ser suprimidos.
Y
eso es lo que han pensado los partidos que gobiernan en el ayuntamiento de
Madrid, y por eso borrarán del callejero a Indalecio Prieto y a Largo Caballero.
Pocos me parecen, pero es un comienzo.
¿No
queríais arroz, rojos despreciables, inútiles y molestos? Pues tomad dos tazas y que os aproveche.
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