A la izmierda española se le llena la boca diciendo que el Partido Popular es el más corrupto de la historia europea. Vamos a admitir -últimamente me paso la vida admitiendo cosas a efectos puramente dialécticos- que el PP sea, efectivamente, culpable de todos los delitos de los que se le acusa.
Pero
es que hay partidos más corruptos, y no hace falta cruzar los Pirineos para
encontrarlos. En Cataluña, CyU dio sobradas muestras de chapotear en el fango de la corrupción. Y en la propia calle Ferraz de Madrid harían bien en
callarse. Sin remontarnos al saqueo del Banco de España, ni a la reprivatización
de Rumasa, ni a Filesa, Malesa o Time-Export, ni a la Expo 92; sólo con lo que
se ha descubierto, juzgado y condenado sobre los EREs falsos ya ganan por
goleada a todos los demás partidos políticos españoles (incluso a todos juntos,
lo que tiene mérito estando en esto los catalinos).
Y han sido de los últimos en llegar, pero los neocom demuestran ser avispados, porque hace un mes el juez ratificó la imputación de Podemos por financiación ilegal y delito electoral tras la distracción de trescientos ocho mil doscientos cincuenta y siete euros, mediante un contrato simulado con Neurona.
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