La desfachatez de que hace gala el presidente del consejo de ninistros parece haberse extendido a todo su gabinete. Claro, que también cabe que sus miembros fueran elegidos precisamente por tener dicho rasgo moral (amoral, habría que decir en aras de la precisión).
Hace
ya tiempo que los neocom se negaron a entregar cierta información al
juez que se la requería; para tal negativa adujeron que ellos consideraban que
los hechos a que se refería no constituían actos delictivos. Ahora, el desgobierno,
ante el mandato del Consejo de Transparencia de que facilite los nombres de su comité
de expertos, alega que debe consultar a esos expertos antes de facilitar
sus nombres.
Por ello, y por mucho más…
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