Hace mucho que tenía esta serie basada en la novela homónima de Stpehen King, pero nunca encontraba el momento para ponerme a verla. Estas vacaciones de Navidad, alejado de internet salvo por mi móvil, ha sido el momento.
Aisladamente
considerada, la serie no es mala. De hecho, sigue con bastante fidelidad el
libro aunque, por lo que recuerdo, mete algunas tramas adicionales al tiempo
que, supongo, elimina otras (es un libro bastante gordo, conforme acostumbra el
señor King). James Franco, que parece más despierto -o menos fumado- que de costumbre,
hace un papel aceptable como protagonista, y está bien secundado.
Por ponerle alguna pega, diría que no quedan nada claras las motivaciones de Oswald para hacer lo que hizo salvo que, simplificando, estaba pirado. A cambio, el final es el que tiene que ser: el de la novela y, por lo tanto -otra constante de King-, agridulce.
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