Izquierda -especialmente la española- y economía -entendida como sabia administración de los recursos escasos- son términos mutuamente contrapuestos. Básicamente, porque la primera se mueve por dogmas que se han demostrado erróneos y consignas que se han probado ineficaces. Pero ahí siguen, dale que te pego y pego que te dale, mientras arruinan a España… otra vez.
Una de las últimas
ocurrencias de Egolanda -a esta mujer, la laca debe estarle afectando
gravemente a la neurona- ha sido, hace un mes, con amenazar con subir más que nunca el salario mínimo interprofesional. Dejando aparte que esto no haría sino
avivar la espiral inflacionista, no contribuiría a aliviar la situación, sino a
agravarla, conduciéndonos, probablemente (si no lo estamos ya) a la
estanflación.
Porque el salario mínimo interprofesional es lo que te tienen que pagar, al menos, si te contratan. Y, en la frase anterior, la palabra clave es si. Que lo más probablemente es que, dada la situación, sea no.
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