Unos versos de Badlands, de Bruce Springsteen, dicen lo siguiente: Poor man wanna be rich,/ rich man wanna be king,/ and a king ain’t satisfied/ ‘til he rules everything; o, traducido, el pobre quiere ser rico,/ el rico quiere ser rey,/ y un rey no está satisfecho/ hasta que gobierna todo.
Salvo por la testa
coronada, las palabras describen a la perfección al psicópata que preside el
desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer: un autócrata
que, progresivamente, elimina o intenta eliminar cualquier contrapeso a su poder
y busca acallar cualquier voz crítica que ponga de manifiesto sus despropósitos
y dislates.
Si el Instituto Nacional
de Estadística pone de manifiesto que los datos de inflación, el psicópata
fuerza una purga de toda su cúpula; si el gobernador del Banco de España critica
las medidas del consejo de ninistros o duda de las conclusiones que
expresa cualquiera de los tuercebotas que lo integran… éstos se lo tienen que
comer con patatas, porque las causas para su cese están tan tasadas (incapacidad
permanente para el ejercicio de su función, incumplimiento grave de sus
obligaciones, incompatibilidad sobrevenida o procesamiento por delito doloso)
que van a tener que aguantarle un par de años más.
Y mientras, en Europa no nos quitan ojo. Tenlo en cuenta, Sin Vocales.
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