Me repito si digo que los de la mano y el capullo dejaron hace mucho de ser un partido político -si es que alguna vez lo fueron realmente-, para pasar a ser una máquina de alcanzar y detentar el poder tanto tiempo como le sea posible.
Y a ello supedita todas sus acciones y decisiones. Más aún ahora, cuando a su frente hay un psicópata sin escrúpulos, capaz de cualquier cosa con tal de seguir un minuto más en la poltrona, incluso dar más poder a los separatistas en el plan de contingencia tras conseguir su apoyo en el decreto energético.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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