El problema del feminazismo no es que luche por los derechos de las mujeres. Hasta ahí, todos de acuerdo. El problema es que lucha contra los derechos de los varones, a los que considera poco menos que seres diabólicos, mientras que las mujeres serían espíritus puros, cuasi angélicos.
Pero la cuestión es que
hasta en las huestes celestiales había un Luzbel, que se rebeló contra Dios y
arrastró a otros en su caída. Siendo los humanos seres imperfectos, es bastante
más fácil que entre las filas de las mujeres se encuentre más de una, y de dos,
que se aprovechen de la legislación en su propio beneficio.
Es el caso de una menor, que denunció una agresión sexual en Valladolid. Más tarde reconoció que se lo había inventado todo porque, dijo, llegaba tarde a casa. Qué se temería que la esperaba para inventarse semejante trola, me pregunto yo…
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