Hace años, a comienzos de este siglo, había una chanza (entre los de derechas, supongo) que decía que, dejados a su aire, los rojos se extenderían en un par de generaciones, partidarios como eran (como son) del aborto, la eutanasia y las uniones homosexuales.
Esto era, como se ha
dicho, una gracia. Los rojos no nacen exclusivamente en familias rojas. De hecho,
muchos de los rojos de hoy son de familias azules, por lo que quizá el
Generalísimo tendría que haberse dedicado menos a purgar las filas contrarias y
más las propias (otra chanza, otra chanza…).
Ahora, además, aunque siguen predicando el aborto y la eutanasia, no se la aplican a sí mismos, y tanto neocom como criptocom se reproducen como conejas. Una de las últimas en anunciar su estado de mala (para los demás) esperanza fue, hace un mes, Rita Maestríper, que a diferencia de otras no ha abandonado sus cargos políticos.
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