Con los neocom me pasa lo mismo que con los de la mano y el capullo: no alcanzo a decidir qué es mayor, si su estulticia o su vileza. Porque malos, son muy malos; pero tontos son un rato.
Cómo será la cosa que
han promulgado una norma -la llamada Ley del sólo sí es sí, aunque
podríamos llamarla también de la coyunda con luz y taquígrafos… desde
aquí brindo la idea a cualquiera que desee aprovecharla- cuyo objetivo
declarado es la protección de las mujeres, el evitar la violencia sexual contra
las mismas o, como dice una amiga mía, más penas para los violadores
(ella suele tener en mente una pena emasculadora, pero creo que esta norma no
pretende llegar a tanto… mejor no damos ideas).
Pero resulta que el engendro legislativo pergeñado por la marquesa de Villa Tinaja tendría sobre, por ejemplo, los integrantes de la llamada manada -que fue por lo que empezó todo este asunto- un efecto diametralmente opuesto, ya que podrían ver rebajadas sus penas de prisión.
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