Cuando escribí y publiqué la penúltima (ahora, antepenúltima) entrada de esta serie, no me di cuenta de que, dos entradas después, había vuelto a copiar el enlace (o, más bien, al copiarla para ésta no me di cuenta de que ya lo había copiado).
Sin embargo, ha
resultado ser un desliz afortunado, porque de este modo puedo seguir tratando
el tema y reafirmarme en lo poco fiable de los pronósticos emitidos por los
organismos públicos de sondeos.
Porque, de acuerdo con la oficina catalana de opinión, el político mejor valorado por los encuestados es el bleferóptico con sobrepeso, el único que aprueba, con una nota de cinco con uno. El siguiente sería su segundo, y presidente del consejo regional de gobierno, el político con apellido históricamente delator, con una nota de cuatro con ocho.
Los encuestados otorgaban
-siempre según el instituto catalán- un cuatro con cuatro a la delinquidora
presidente de la asamblea legislativa regional, un tres con nueve a Coocmocho,
un dos con dos a Inés Arrimadas, un dos al candidato de Vox y un uno con ocho
al del PP.
Y, a pesar de todo, el
PP subiría y Vox bajaría. Amosandayá…
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