lunes, 21 de agosto de 2023

Proceso al proceso (497)

Los nacionalistas de hace siglo y medio, supongo, tenían la aspiración de dar categoría de Estado a sus naciones, y no les importaba sacrificarse en el proceso. Los nacionalistas actuales -al menos los regionalistas que se autotitulan como tales- son más bien unos políticos de salón, que lo único que parecen buscar es seguir con su bicoca, pero sin sujeción a nadie, y no permiten que nadie salvo ellos se atribuya los méritos.

Una de las viejas pretensiones de los regionalistas vascos y catalanes era que en el Congreso de los Diputados, sede de la representación de la soberanía nacional, se pudieran utilizar las lenguas regionales que son cooficiales en sus respectivas comunidades autónomas. Por ello, deberían alegrarse de que alguna fuerza nacional (uso la cursiva porque considerar como tal a los de la mano y el capullo es ampliar mucho el concepto: cabrán en él en términos geográficos, pero no ideológicos) recogiera esta aspiración y decidiera defenderla.

Pero quiá. Cuando los cocuquistas han propuesto que se hable en el congreso ese dialecto del occitano que se habla en Barcelona, Cocomocho arremetió contra los suciolistos.

O él o nadie, ha debido pensar.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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