Hace años, en no recuerdo qué anuncio televisivo de un juego o juguete (no sé si el Bola loca), aparecía un personaje que decía loco sí, pero tonto no.
Exactamente eso mismo se podría
aplicar al fugado ex presidente del consejo regional de gobierno de la
comunidad autónoma de Cataluña, a la sazón afincado en Waterloo. El sujeto, de
aliño capilar indescriptible, no parece muy en sus cabales -pero ¿qué
secesionista catalán lo está?-, y tampoco ha sido siempre el más brillante de
los políticos de la región (puesto para el que tampoco hay demasiada
competencia, todo sea dicho).
Pero ha demostrado que imbécil del
todo no es, ya que ha exigido hechos comprobables antes de comprometer
ningún voto en favor del psicópata de la Moncloa, lo cual demuestra que parece
saber con quién se juega los cuartos.
Pero, dado que han llegado a acuerdos
para la constitución de la mesa del Congreso de los Diputados, uno se pregunta
qué hechos comprobables habrá realizado Pedrichi, el chulo que
castiga de Ferraz a la Moncloa…
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