El creador del marxismo fue un artista en lo de vivir sin dar un palo al agua. Escribía y escribía, eso sí, pero eso puede hacerlo cualquiera. Sin ir más lejos, aquí está un servidor, que lleva la torra de tiempo publicando al menos dos entradas al día, fundamentalmente a base de repetir siempre las mismas ideas, dale que te pego y pega que te dale.
Sus epígonos, lo que hicieron sin excepción
es arruinar aquellos países en los que han llegado a gobernar, cargándose
cualquier iniciativa económica mínimamente rentable y haciendo que toda la
población tenga que vivir a costa de lo público… sin reparar en que ese lo
público ha salido de los bolsillos privados.
Y aquí tenemos a la tucán de Fene, una cabeza
muy vacía por dentro y con mucha laca por fuera, llena de estulticia y mala
baba que, encargada del Ministerio de Trabajo lo ha convertido -como cada vez
que la izquierda llega al poder- en el ninisterio del Paro.
En dura lucha con los departamentos de Industria
y Economía, parece también decidida a cargarse toda la economía. Y así, su
batiburrillo político ha registrado una proposición no de ley para el
desarrollo de un Pacto de Estado por un Turismo Justo, Sostenible e
Inclusivo 2024-2030.
Teniendo en cuenta la neolengua
giliprogre, en la que los términos significan justo lo contrario de lo que dice
el diccionario, las medidas del pacto (tratándose de comunistas, habría que
llamarlo más bien trágala) son más bien contrarias a la industria del
turismo. Entre ellas, brilla con especial fulgor (maligno) la idea de cerrar antes los restaurantes.
Átame esa mosca por el rabo.
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