No recuerdo exactamente cómo llegué a este libro. Probablemente partiera de la canción Coat of many colors, de Dolly Parton, de donde pasaría al sustrato bíblico, y de ahí a la versión de Thomas Mann. Surgió en mí la curiosidad, y el resto, como suele decirse, es historia.
En este primer volumen, la verdad es que José
aparece bastante poco. Como indica el título, la trama se centra más en su
padre, Jacob -dado que Mann parece usar las versiones históricas de los nombres
de los personajes, Jaacob-, desde su nacimiento hasta la muerte de Raquel; pero,
dado que el momento por así decir presente corresponde a la adolescencia
de José, se narran también el reencuentro con Esaú y la muerte de Isaac.
En cuanto a José, y seguro que Mann así lo pretendía, aparece como un chaval repelente, mimado, un niño de papá. Vamos, que no es extraño que sus hermanos (medio hermanos, en realidad, salvo en el caso de Benjamín) le cogieran tirria, y que uno casi diría que, designio divino mediante, se merecía lo que le pasó.
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