Dice el viejo refrán castellano que la mentira tiene las patas muy cortas. Esto ha sido siempre cierto; pero en el mundo actual, en el que los medios de comunicación han encogido metafóricamente el planeta, resulta casi imposible.
Sin embargo, la izquierda, al basarse en una ideología
nacida hace doscientos años y que permanece anclada en aquella coyuntura, no
parece haberse dado cuenta, y sigue creyendo que es posible mentir impunemente.
En el caso del impago de las primas a las
renovables, es difícil que se pueda hacer peor que cómo lo está haciendo el
desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer. Incapaces además
de reconocer que han cometido un error, por nimio que sea, dicen cualquier cosa
con tal de presentar la situación de un modo favorable para ellos.
Tomemos el caso de la empresa francesa Antin,
una de las muchas que había entablado un proceso de arbitraje contra el Estado
español. El consejo de ninistros dio hace un mes luz verde a la OPA de
la compañía citada sobre una empresa española de renovables. La camarilla del
psicópata de la Moncloa anunció que la compañía francesa se comprometía a no
iniciar nuevos arbitrajes contra el Estado español.
Lo que se cuidó muy mucho de señalar es que mal podría iniciarlos, puesto que ya no es la titular de la deuda… y que el caso está cerrado.
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