Como digo con frecuencia -incluso digo con frecuencia que lo digo con frecuencia-, la confluencia entre un socialista español y la verdad se produce sólo por casualidad. Están tan acostumbrados a mentir que sólo por descuido dicen la verdad.
Y eso le ocurrió a la portacoz del desgobierno
socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer, esa ministra cuyo apellido
(presuntamente; quiero decir, lo mismo ha cambiado el orden tradicional)
paterno se ve permanentemente contradicho por su mohín de desagrado, por su
rictus de fastidio.
Con ocasión del asesinato de dos guardias civiles
por una narcolancha, y preguntada por la prensa, la susodicha -quizá le
traicionó el subconsciente- afirmó que el gobierno tendría contundencia cero
contra los narcos.
Si es que…
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