El afán del socialismo español siempre ha sido, en sus casi quince décadas de existencia, detentar el poder el mayor tiempo posible, ocupando para ellos todos los nichos, controlando todos los resortes, colonizando todas las instituciones.
Y cuando plantan sus zarpas, no las apartan
ni con agua caliente. Por eso, las reuniones con el Partido Popular para
intentar desbloquear la renovación del Consejo General del Poder Judicial no
son, por su parte, más que una pantomima, un fingimiento, una pamema. En esto
-como en tantas otras cosas- son como los secesionistas: lo suyo es suyo, y lo
nuestro vamos a discutirlo.
González Pons ha denunciado que Bolardos
sólo quiere renovar el órgano de gobierno de los jueces sin cambiar la Ley. Es cierto, pero conviene no
olvidar que, cuando tuvieron ocasión -y, desde que se aprobó la LOPJ los del
charrán han tenido dos legislaturas de mayoría absoluta-, no lo cambiaron.
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