Los de la mano y el capullo siempre han sido muy malos. Tampoco es que hayan sido especialmente brillantes, pero mantenían el tipo, sobre todo tras la muerte del Generalísimo, ya que los cuadros dirigentes se habían formado en el sistema educativo del franquismo.
Los actuales, en cambio, han crecido bajo la
égida de las sucesivas leyes (des) educativas de la izquierda. Y así nos salen:
además de malos, tontos, torpes, estúpidos… y soberbios, porque se creen más
listos que nadie.
Luego van y mete la pata. Porque resulta que
la tramitación ad hoc de la ley de amnistía impuesta por el desgobierno
socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer abre la puerta a recurrir al Tribunal Constitucional antes de la aprobación de la norma.
Aunque crean tener el Prostitucional
bien amarrado, me juego duros contra pesetas a que ésta no la vieron venir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario